miércoles, 10 de diciembre de 2008

La mitología y sus mitos









Para los antiguos griegos, la mitología era trascendental, según la misma los dioses eran creadores de todo el universo y la tierra misma. Su dios Zeus, padre de todo y de todos era el ser superior, Afrodita con toda su belleza era deseada y se dejaba desear e Icaro con todo su desprecio por no amar a nadie, son sólo ejemplos de cómo algunos de “muchos” dioses dejaran una huella en el pensamiento y en el juicio antiguo.

Tántalo, fue hijo de Zeus y de madre Titánide Poluto, era afortunado entre muchos, poseía la gracia de sentarse junto a los dioses y saber los secretos de los mismos. Tántalo, no supo valorar la confianza dada, divulgó, robo secretos y néctares nada mas para demostrar a sus conocidos con quien se codeaba. Fue tanta su locura por demostrar quien era o mas bien que podría ser que mató a su propio hijo “Penélope” para probar y dar a comprobar que los dioses tenían poderes y él era parte de ellos pero nunca pudo. Los dioses con toda su sabiduría y no tan tontos lo dejaron morir lentamente de hambre, dolor, sufrimiento, desesperación y sed.

Para Faetón, no fue tan fuerte su castigo él era hijo de Helio (El Sol) y de Clímene (La Ninfa), era un chico que buscaba su origen, se podría decir que hasta inocente fue, Faetón al preguntarle a su madre quien y de donde venia él, ella, la más descarada le dijo que fuera a buscar su destino, seguramente para que la dejara tranquila y ella seguir en sus andanzas.

Se fue fascinado por lo que encontró, se dejo llevar por al opulencia, y hasta por su misma inexperiencia ocurrieron en el mundo desastres inimaginables: Nubes ardieron, el calor arrasó con las cosechas, los mares se secaron y para completar vino Zeus y lo castigo dándole la muerte. No comprendió que sólo era un joven sin experiencia que se perdió en el universo y como pagó el buscar su propio origen. ¿Será este el precio que tenemos que pagar por tratar de encontrar quienes somos?.

De Narciso muy poco hablaré su superficialidad y el amor por el mismo no lo dejo pensar en los demás, y su castigo fue ser una flor imagino yo, par ser admirado por otros y no por el mismo.

La pregunta seria esta: ¿A quien castigar?, ¿Al bello por amarse?, ¿Al joven por encontrarse?, o al ladrón por demostrar y querer ser quien jamás será?.
La respuesta es a todos ya que uno es el arquitecto de su propio destino ellos decidieron correr con esa suerte aunque sea mitológica…

No hay comentarios: