lunes, 17 de noviembre de 2008

Revolución de una época

¿Cuándo y cuánto puede transformar a la humanidad un invento?, ¿Cuánto puede perdurar en el tiempo? Es la gran interrogante de todos los inventores y creativos a lo largo de la historia y en la actualidad la misma pregunta sigue latente.

Desde Asia hasta Europa, con un punto de vista transformador e innovador, en un mundo unipolar, con esfuerzo, perseverancia e ingenio se crea la imprenta. Un sistema que desató una revolución sin precedentes en medio de una Alemania que pasaba por momentos de agitación política y social por la división religiosa. Lo transcendental en ese momento de la historia era la impetuosa necesidad de conocer lo que la mal llamada Iglesia Católica quería y necesitaba mantener oculto. Los que poseían los derechos y privilegios eclesiásticos eran los pertenecientes a la elite con poderío social, político y económico.

En medio de esta transición se dio a conocer Gutemberg, orfebre de una familia humilde pero con ideas y ganas de transformar lo inimaginable en algo real y palpable, al alcance de todos. Este genio inventor, tuvo la inquietud de perfeccionar la ya existente imprenta rompiendo con los paradigmas establecidos por la monarquía eclesiástica, a la cual no le interesaba pluralizar la información y la comunicación, porque tenían sumamente claro que el poder adquirido en la sociedad se debilitaría. A pesar de que la primera imprenta fue creada en China para el año 960, Gutemberg la mejoró utilizando nuevos materiales y técnicas para lograr la simplificación de la misma y darle a la comunicación un gran impulso que aún perdura y perdurará a través del tiempo, logrando con ello transformar la comunicación en algo pluripolar, capaz de llegar a todos por igual sin importar la religión, raza e ideología existentes para la época.

Fue tan revolucionario el perfeccionamiento de la imprenta, que Gutemberg plasmó La Biblia: las palabras de la mal llamada iglesia católica que se quería mantener dentro de un pequeño gran círculo; y así sacar a la luz pública todos los secretos que debilitarían ese poderío. Así el primer libro impreso por su invención fue la polémica Biblia la cual causó gran revuelo no sólo en todas las escalas sociales sino en los factores de poder existentes llámense políticos, religiosos. Comienza así la revolución de las letras y la polémica discusión de los contenidos.

Nos preguntamos: ¿Qué habría pasado sin este revolucionario invento? ¿Seguiríamos inmersos en la oscuridad de la palabra no escrita? ¿Seguiríamos siendo manipulados por un factor de poder? Tal vez nunca lo descifraremos. Y ¿qué habría ocurrido de no conocerse los tan guardados misterios eclesiásticos? Esto denota que la invención de la imprenta no solo trajo evolución comunicacional, sino que además abrió nuestras mentes a otro tipo de conocimiento, los no establecidos por la monarquía eclesiástica. En los tiempos modernos y gracias a la avanzada tecnología ya no somos manipulados por la iglesia católica porque esta representa un factor político, perdiendo su credibilidad; aún así, somos victimas de la hiperinformación, estamos saturados de diversas fuentes y diferentes tipos de manipulaciones, nos encontramos en una guerra inexplicable de cuarta generación, que genera abismos comunicacionales y desequilibrio en las informaciones.

En nuestras manos está la evolución del pensamiento: el día que unifiquemos criterios y el mundo sea realmente pluripolar, la historia se escribirá de otra manera. ¿Ganaremos la guerra…?

“La imprenta es tan útil como los pertrechos en la guerra, y ella es la artillería del pensamiento”.
Simón Bolívar.

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